Por una parte, podemos con nuestras manos cortar o
subdividir trozos de materia tan grandes como una roca o una gran cantidad de
agua en partes más y más pequeñas, hasta que la deficiencia de los instrumentos
empleados nos obliga a detener la operación. Por consiguiente, podríamos
concluir que la materia es infinitamente subdivisible o, dicho de otra forma, que
la materia es continua, es decir, llena todo el espacio que ocupa.
Por otra parte, frente a la imagen anterior, no es difícil
suponer que si la subdivisión de un trozo de materia se lleva suficientemente
lejos, llegaremos a partículas que no pueden subdividirse o cortarse de nuevo.
Podríamos deducir que la materia está formada por partículas.
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